La proliferación de orates con adicción al consumo de alcoholismo y sustancias ilícitas, se ha convertido en un problema mayor para las autoridades municipales del distrito de La Chorrera.
Parques y portales de iglesias son el dormitorio de hombres y mujeres con problemas mentales y de adicción e indigentes, algunos de los cuales provienen de otras partes del país.
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Basando en este problema de salud pública, el alcalde Tomás Velázquez, dijo haber solicitado una reunión con el Ministerio de Salud (MINSA) y la Policía Nacional (PN) en la cual definir una estrategia para ayudar a estas personas.
Algunas de estas personas ya han sido llevadas a un centro de rehabilitación existente en La Chorrera, de donde terminan vendiéndose sin terminar el tratamiento, dijo Velázquez.
No obstante, algunas de las personas internadas, han logrado rehabilitarse e integrarse a la sociedad y a sus familias.
Dijo, además, haber llamado la atención a quienes dirigen un centro que brinda alimentación a personas sin techo para que también los insten a realizar algún tipo de trabajo y acepten rehabilitarse.
Se trata del Centro de Orientación y Atención Integral San Juan Pablo II, al cual concurren al menos 30 personas sin techo, a recibir alimentos, útiles de aseo personal, ropa limpia y terapia grupal para jóvenes con adicción y narco dependencia.
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La situación, según la representante del corregimiento de Barrio Balboa, Leika Ballestero, es más complicada al detectar a inmigrantes durmiendo y viviendo en los parques.
Esta situación, dijo, se la ha comunicado a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) la cual mantiene un equipo en el distrito de La Chorrera.